sábado, 29 de julio de 2017

PROMESAS DE BENDICIÓN




ISAÍAS 41: 10
INTRODUCCIÓN: Dios ha dejado registrado en Su Palabra (la Biblia) grandes y numerosas promesas que edifican, bendicen, animan, consuelan y despiertan nuestra fe; así como lo expresó el apóstol Pablo: “Porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén” (2 Corintios 1: 20). De hecho el propósito divino aquí en este texto bíblico de Isaías; es precisamente acallar los temores y animar a Su pueblo en cautiverio. Partiendo de esta base estudiaremos a continuación algunas promesas que Dios le hizo a Su pueblo Israel en esta época del profeta Isaías; aplicables a nosotros hoy por ser el Israel espiritual. Veámoslas.
1.     NO TEMAS PORQUE YO ESTOY CONTIGO (Vr. 10a)
Temer (hb. Yaré): asustar, amedrentar, atemorizar, espantar, tener miedo de algo o alguien, medroso, temeroso, pavor. De hecho la Biblia hace referencia a dos clases de temor: el respeto, reverencia y admiración a Dios: “Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios (Proverbios 28: 14). Cuando tenemos esta clase de temor nos cohibimos de pecar contra Dios tan fácilmente (Génesis 39: 7-15).
También tenemos el temor de miedo: “En el amor no hay temor (no hay miedo), sino que el perfecto amor echa fuera el temor (miedo); porque el temor (miedo) lleva en sí castigo. De donde el que teme (tiene miedo) no ha sido perfeccionado en el amor (1 Juan 4: 18).
La palabra griega para temor (miedo) que aquí el apóstol Juan usa es “phobeo, phobos” que significa pánico que se apodera de una persona, la hace correr, escapar, estar alarmada, asustada, espantada, desmayada, llena de terror, ansiosa e intimidada. A esta última clase de temor (miedo) hace referencia el texto bíblico del profeta Isaías. ¿Por qué no debemos temer (miedo)? Por lo siguiente:
  • Porque Dios está con nosotros: el pronombre “Yo” que usa Isaías en este texto bíblico es una alusión y referencia directa y exclusiva al mismo Dios. Analicemos lo siguiente con respecto a esta gran verdad:
  • Saber que Dios está conmigo, con Su pueblo, con los Suyos nos sana de temores (miedo). De hecho el secreto para contrarrestar y vencer el miedo (no para impedirlo) es precisamente estar seguros y convencidos que Dios está con nosotros: si Dios está conmigo no tengo porque temer o  tener miedo (Deuteronomio 1: 29, 30; 20: 4; 31: 6; Isaías 43: 5).
Es cierto que no podemos impedir que el miedo llegue a nuestras vidas; pero sí es posible vencerlo cuando llega como ya lo explicamos: ¡seguros y convencidos de Su presencia! Hasta los grandes en la Biblia sintieron miedo: Abraham el padre de la fe (Génesis 15: 1-7), el profeta Elías (1 Reyes 19: 1-19), Ezequías el mejor rey de Judá (2 Reyes 20: 1-11; Isaías 30:1-22), los discípulos (Mateo 8: 23-27; Marcos 4: 35-41; Lucas 8: 22-25), entre otros.
  • Saber que Dios está conmigo, con Su pueblo, con los Suyos también nos garantiza protección, cuidado, amparo, éxito, seguridad, tranquilidad (Salmos 124: 1-8; Isaías 54: 17; Mateo 16: 18; Romanos 8: 31).
  • Saber que Dios está conmigo, con Su pueblo, con los Suyos nos garantiza Su respaldo y Su presencia divina con nosotros. Una de las promesas y declaraciones bíblicas que en lo personal, cristiana y ministerialmente me bendice, edifica, consuela, conforta, anima, conforta, alienta y me da valor para seguir adelante, emprender nuevos retos, hacer su obra (servirle) con el ministerio que ha colocado en mis manos, etc., es precisamente cuando leo, escucho y  predico ¡QUE DIOS ESTÁ CONMIGO!  (Génesis 21: 22; 26: 24, 28; 39: 2, 3, 21, 23; Deuteronomio 20: 4; 31: 6, 8; Josué 1: 5, 9; Salmos 124: 1-8; Mateo 28: 18-20; Hechos 27: 23; 2 Timoteo 4: 16-18).
¡Esto es glorioso y maravilloso! ¡Es mi aliciente, mi bálsamo muy a pesar de las circunstancias adversas, difíciles, negativas y desfavorables en la que a veces uno se encuentra. Aun estas palabras divinas (promesa) deben fortalecernos y animarnos en todo tiempo bueno o malo, exitoso o “fracasado”, en abundancia o escasez; aunque haya momentos en la que llegamos a pensar por las circunstancias que Dios no está con nosotros.
Nos pasa, sucede como a Jacob cuando dijo: “Ciertamente Dios está en este lugar y yo no lo sabía” (Génesis 28: 16); cuando estaba en un lugar solitario, oscuro, lejos de su tierra, atemorizado porque su hermano Esaú lo buscaba para matarlo y después de Dios haberle dicho “yo estoy contigo” (Génesis 28: 15).
  • Porque somos Sus siervos escogidos (Isaías 35: 4; 42: 1, 2; 44: 1, 2, 21),  Él es nuestro salvador, Socorro y Redentor (Isaías 41: 13, 14; 44: 2), nos redimió, nos puso nombre y somos de Su propiedad  (Isaías 43: 1-3).
REFLEXIÓN: La promesa y el llamado divino es no temer (tener miedo); por las razones bíblicas y poderosas que ya hemos estudiado, entre otras (Génesis 21: 14- 21; 26: 12-25; Deuteronomio 31: 6; Lucas 12: 32; Hechos 27: 22-26, 34-38, 43, 44; Hebreos 13: 6).
2.     NO DESMAYES PORQUE YO SOY TU DIOS QUE TE ESFUERZO (Vr. 10b)
Desmayar (hb. Kjatát): desalentar, desanimar, desmotivar, perder fuerzas, perder el ánimo, derribar, desfallecimiento, no estar dispuesto a seguir adelante, no querer avanzar, rendirse, darse por vencido, “tirar la toalla”, angustiarse (NVI), acobardar (PDT), amedrentar, quebrantar, quebrar, resquebrajar.
 “No desmayes” fueron las mismas palabras divinas para Israel en época de Moisés (Deuteronomio1: 21; Josué 1: 9; 8: 1), a Josué el sucesor de Moisés antes de cruzar el Jordán (Josué 1: 9), las palabras de David para animar al rey Saúl antes de enfrentar al gigante Goliat (1 Samuel 17: 32), las palabras del apóstol Pablo a los Corintios y a Éfeso (2 Corintios 4: 1, 16;  Efesios 3: 13) y fueron las palabras del autor sagrado en la carta a los hebreos para los atribulados (Hebreos 12: 3) (DHH). ¿Por qué no desmayar? Por lo siguiente:
  • Porque Jehová es nuestro Dios: recuerde que el pronombre “Yo” en este texto bíblico de Isaías es una alusión y referencia directa y exclusiva al mismo Dios. Así lo declaró el rey Nabucodonosor después que Daniel le interpretó el sueño: “Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses y Señor de los reyes” (Daniel 2: 47).
  • Porque Él es el Dios que nos esfuerza (fortalece): en el hebreo significa dar fuerzas animar, motivar, incentivar, confortar, esforzar, fortificar, poder, fortalecer (NVI), un llamamiento a brindar ayuda, consuelo por medio del Espíritu Santo y de las Escrituras; como también sostener a quienes claman por auxilio, socorro y ayuda.
¿Qué sería de nosotros si Dios no nos esforzara y nos fortaleciera? Ya muchos de nosotros hubiésemos desmayado, “tirado la tolla”, rendido, dado por vencido, renunciado al cristianismo, ministerio, liderazgo, servicio que venimos realizando para Dios y Su obra. Él nos ha fortalecido y nos seguirá fortaleciendo hasta el final para seguir adelante y mantenernos de pie a pesar de las circunstancias difíciles, adversas, negativas y desfavorables.
REFLEXIÓN: Mientras Dios nos siga fortaleciendo nunca desmayaremos (Éxodo 15: 2; 1 Samuel 30: 6; Salmos 27: 1; 28: 7; 46: 1; Isaías 12:2; 25: 4; 26: 4; Jeremías 16: 19; Habacuc 3: 19; Zacarías 10: 12; Lucas 22: 43; Hechos 9: 31; Efesios 3: 16; 6: 10; Filipense 4: 13; Colosenses 1: 11, 1 Pedro 5: 10). Hasta el mismo Jesús tuvo que ser fortalecido en el huerto de Getsemaní (Lucas 22: 43).
  • Porque Jehová es Dios grande, temible y está en medio de nosotros (Deuteronomio 7: 21). También nos ayuda a no desmayar el acordarnos de Dios en los momentos difíciles (Jonás 2: 7), pensar, meditar y reflexionar en el maltrato (sufrimiento) de Jesucristo de parte de los pecadores (Hebreos 12: 3) (PDT), la oración como lo vivió David al decir: “Desde  el cabo de la tierra  clamaré  a ti, cuando mi corazón  desmayare” (Salmos 61: 2).
La oración como lo enseñó Jesús es una de las defensas contra el desaliento y nos ayuda a mantenernos firmes sin desmayar (Lucas 18: 1).
  • Porque Dios es nuestra roca y porción: Así lo experimentó el salmista Asaf cuando dijo: “Mi carne y mi corazón desfallece; más la roca de mi corazón y porción es Dios para siempre” (Salmos 73: 26).
3.     SIEMPRE TE AYUDARÉ (Vr. 10c).
Ayudar (hb. Azar; gr. Boethos): de “boe” (un grito pidiendo ayuda) y “theo” (correr): uno que acude corriendo cuando clamamos por ayuda socorro o auxilio. La palabra describe al Dios apacible y listo para socorrer a sus hijos oprimidos cuando estos claman implorando Su asistencia. También significa levantar, asistir, rodear, circundar, proteger, aliado, amparo, dar, defender, un grito pidiendo ayuda.
  • Siempre implica la ayuda divina en todas las circunstancias: Dios está dispuesto a brindarnos Su ayuda, asistencia independientemente de las situaciones en que nos encontremos: buena o mala, positiva o negativa, abundancia o escasez, éxito o fracaso, bendición o maldición, sanos o enfermos, etc.
  • Siempre implica que la ayuda divina es ilimitada: esto contrasta con la ayuda del ser humano que es limitada, hasta donde puede, hasta donde sus recursos o capacidades le permiten. ¡La de Dios es siempre! ¡Sin límites, no tiene fin, es perenne, duradera, eterna! Mientras seamos fieles, obedientes, temerosos de Dios tengamos por seguros que disfrutaremos de su ayuda incondicional y para siempre.
  • Siempre implica que sin la ayuda divina es imposible lograrlo: Jesús el hijo de Dios lo enseñó claramente cuando dijo: “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15: 5) y el apóstol Pablo también lo confirmó en uno de sus versículos celebres: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4: 13).
  • Siempre implica que sin la ayuda divina no existiríamos: uno de los Salmistas  lo experimentó en su propia vida al expresar: “Si no me ayudara Jehová, pronto moraría mi alma en el silencio: habría sido destruido” (Salmos 94: 17).
Hasta los grandes siervos de Dios en la Biblia necesitaron y buscaron la ayuda divina: reyes de Judá (reino del sur) Ezequías (2 Reyes 20: 1- 11; Isaías 38: 1-22), como Asa (2 Crónicas 14: 11, 12), Josafat (2 Crónicas 20: 1-4), , David el rey más amado de Israel (Salmos 22: 19; 30: 10; 38: 22; 40: 13; 54: 4; 60: 11; 70: 1; 121: 1, 2; 124: 8), Asaf otro gran salmista y maestro del coro  del rey David (Salmos 79: 9), Tau (salmos 119: 173), Daniel el profeta (Daniel 3: 12-19), entre otros personajes.
REFLEXIÓN: Gracias a Dios por brindarnos Su ayuda incondicional e ilimitada cada vez que la necesitamos y vayamos a Él. Son muchas las razones que la Biblia menciona para apelar y buscar la ayuda divina (Salmos 121: 1, 2; 124: 8; Isaías 41: 13, 14; 44: 2). ¡Confesemos confiadamente el Señor es mi ayudador! (Hebreos 13: 6). Ver tema “Socorro de lo alto”.
4.     SIEMPRE TE SUSTENTARÉ CON LA DIESTRA DE MI JUSTICIA (Vr. 10d)
Sustentar (hb. Tamák; chul): mantener, alimentar, mantenerse apegado, nutrir, ayudar, seguir de cerca, asir, proveer alimento, suplir los medios necesarios para la vida y sugiere básicamente el medir una porción de comida (proveer), salvar (PDT), sostener (NVI).
  • Dios promete aquí sustentar a Su pueblo (Israel) porque ha sido llamado al servicio: el pasaje bíblico lo explica bien claro (Isaías 41: 9, 15, 16). De hecho Dios ha prometido sustentar (alimentar) a los que le sirven (Éxodo 23: 25) (PDT), son temerosos de Él (Salmos 34: 9; 111: 5), buscan primero el reino de Dios y Su justicia (Mateo 6: 26, 33). ¡Téngalo por seguro que nada nos faltará! (Salmos 23: 1;  34: 9).
  • Siempre te sustentaré implica todas las circunstancias: en las buenas y malas, en la abundancia y escasez, en la prosperidad y crisis, etc.
  • La promesa consiste en sustentarnos con la diestra de Su justicia: significa que nos sustenta con todo lo que implica esa palabra con Su mano victoriosa (PDT), Su diestra victoriosa (NVI), Su diestra salvadora (Otra Traducción).
Fueron muchos los personajes bíblicos que disfrutaron de esta gran bendición; siendo sustentados por el Dios proveedor: el pueblo de Israel en el desierto (Deuteronomio 8: 16; Nehemías 9: 20, 21), el profeta Elías en medio de la sequía (1 Reyes 17: 1-16; 19: 5-8), Eliseo (2 Reyes 4: 1-7), Daniel recién llegado a Babilonia (Daniel 1: 12-15), las multitudes que seguían al Maestro (Mateo 15: 32-38), entre otros más y nosotros no seremos la excepción.
REFLEXIÓN: Dios es el mismo de ayer, hoy y siempre para hacerlo con nosotros; Él es Jehová Jireth; nuestro proveedor y el que suple para nuestras necesidades como lo experimentó Abraham (Génesis 22: 6-14), los hermanos de José (Génesis 42: 25-27, 34; 45: 5-8, 18; 50: 20), Elías (2 Reyes 17: 6, 9, 13-16), Eliseo (2 Reyes 4: 8-11), David (Salmos 37: 25), entre otros. Así como Dios alimenta las aves del cielo también promete hacerlo con nosotros Sus hijos (Mateo 6: 25-34).
CONCLUSIÓN: Es motivo de gozo saber que Dios ha dejado en Su Palabra grandes promesas de bendición como éstas que ya hemos estudiado detenidamente y que ha edificado nuestras vidas y despertado la fe y que todavía están vigentes para apropiarnos de ellas y hacerlas realidad en nosotros. Sólo debemos aferrarnos y creerlas. ¡Al que cree todo le es posible!
                                         




 






sábado, 31 de diciembre de 2016

Último Día del Año

Un año nuevo
Pancho Aquino
Dicen que cuando se acerca fin de año los ángeles curiosos se sientan al borde de las nubes a escuchar los pedidos que llegan desde la tierra.
- ¿Qué hay de nuevo? -pregunta un ángel pelirrojo, recién llegado. Lo de siempre: amor, paz, salud, felicidad...- contesta el ángel más viejo.
Y bueno, todas esas son cosas muy importantes.
Lo que pasa es que hace siglos que estoy escuchando los mismos pedidos y aunque el tiempo pasa los hombres no parecen comprender que esas cosas nunca van a llegar desde el cielo, como un regalo.
¿Y qué podríamos hacer para ayudarlos? 
- Dice el más joven y entusiasta de los ángeles. ¿Te animarías a bajar con un mensaje y susurrarlo al oído de los que quieran escucharlo? - pregunta el anciano.
Tras una larga conversación se pusieron de acuerdo y el ángel pelirrojo se deslizó a la tierra convertido en susurro y trabajó duramente mañana, tarde y noche, hasta 1os últimos minutos del último día del año.
Ya casi se escuchaban las doce campanadas y el ángel viejo esperaba ansioso la llegada de una plegaria renovada. 
Entonces, luminosa y clara, pudo oír la palabra de un hombre que decía: "Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a recrear un mundo distinto, un mundo mejor: sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos pobres.
Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del amor, el calor que tanta falta nos hace.
Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad".
Desde el borde de una nube, allá en el cielo, dos ángeles cómplices sonreían satisfechos. 
Del libro: "Cuentos para Niños de 8 a 108 II" - Pancho Aquino.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Iniquidad

Iniquidad

15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.

16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.
18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
EZEQUIEL 26:15-18
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Isaías 14:12-20La Biblia de las Américas (LBLA)

12 ¡Cómo has caído del cielo,
oh lucero de la mañana[a], hijo de la aurora!
Has sido derribado por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
13 Pero tú dijiste en tu corazón:
“Subiré al cielo,
por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono,
y me sentaré en el monte de la asamblea,
en el extremo norte.
14 “Subiré sobre las alturas de las nubes,
me haré semejante al Altísimo.”
15 Sin embargo, has sido derribado al Seol,
a lo más remoto del abismo.
16 Los que te ven te observan,
te contemplan, y dicen:
“¿Es éste aquel hombre que hacía temblar la tierra,
que sacudía los reinos,
17 que puso al mundo como un desierto,
que derribó sus ciudades,
que a sus prisioneros no abrió la cárcel[b]?”
18 Todos los reyes de las naciones,
todos ellos yacen con gloria,
cada uno en su sepulcro[c].
19 Pero tú has sido echado de tu sepulcro
como vástago desechado[d],
como ropa de muertos[e] traspasados a espada,
que descienden a las piedras de la fosa,
como cadáver pisoteado.
20 No estarás unido con ellos en el sepelio,
porque has destruido tu tierra,
has matado a tu pueblo.
Que no se nombre jamás la descendencia[f] de los malhechores.

Apocalipsis 12:7-10 

Después hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón, y el dragón y sus ángeles también lucharon, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. Así fue expulsado el gran dragón, que es la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo. Él y sus ángeles fueron arrojados a la tierra.10 Entonces oí una fuerte voz en el cielo, que decía:«¡Aquí están ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios,y la autoridad de su Cristo!¡Ya ha sido expulsado el que día y noche acusaba a nuestros hermanosdelante de nuestro Dios!

¿Qué es Iniquidad?
Iniquidad se refiere a la cualidad de inicuo. Designa maldad, perversidad, abuso o gran injusticia, es decir, todo acto contrario a la moral, la justicia y la religión. La palabra proviene del latín iniquĭtas,iniquitātis, que traduce “cualidad de injusto”, y sus sinónimos son injusticia, maldad, infamia o ignominia.
A veces, por similitud fonética, iniquidad puede ser confundida con inequidad .En Derecho, se entiende como iniquidad el rigor desmedido en una ley, fallo o decisión.

Iniquidad en la Biblia

En un sentido bíblico, la iniquidad existe desde el principio, y aparece por primera vez en el Ángel Caído: “fuiste lleno de iniquidad, y pecaste” (Ezequiel, XXVIII: 16).
La iniquidad es maldad, impiedad o culpa, y su gravedad está por encima del pecado. Como tal, es una ofensa contra Dios, fundada en el desconocimiento y rechazo de las leyes del Señor. De hecho, si atendemos la versión en griego antiguo de la Biblia, notaremos que iniquidad ha sido traducida desde el término ἀνομία (anomía), que significa ‘desprecio por las leyes’, de lo cual se extrae que la iniquidad implica el irrespeto y la no sujeción a la autoridad de Dios o de la ley, derivando en otra posible acepción: anarquía.
En la iniquidad podemos reconocer el camino torcido o el desvío del camino correcto y, a pesar de su gravedad, Moisés, en el Antiguo Testamento, proclama al Señor como “el que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado” (Éxodo, XXXIV: 7).

¿Qué es Anomia?

La anomia es un concepto que se refiere, de una manera general, a la ausencia de ley, normas o convenciones. La palabra, como tal, proviene del griego ἀνομία (anomía).
De esta etimología se desprende su uso en el ámbito tanto de las ciencias sociales y como de psicología, en los cuales hace referencia a la ausencia de normas o convenciones en una sociedad o persona, o su irrespeto o degradación por un individuo o un grupo de individuos.

Anomia, en medicina, también puede referirse a un
 trastorno en el lenguaje caracterizado por las dificultades para recordar el nombre de las cosas. En este sentido, la palabra se compone con las voces a-, que denota negación, y el latín nomen, que significa ‘nombre’. Las consecuencias de la anomia van desde la inadaptación a las normas sociales, hasta la trasgresión de las leyes y las conductas antisociales.
Anomia social
En las disciplinas de las ciencias sociales y la sociología, la anomia está relacionada con la falta de normas o convenciones sociales o su degradación como producto de un conjunto de factores.
El sociólogo francés Émile Durkheim consideraba que la naturaleza humana necesitaba una autoridad que le pusiera límites (normas, convenciones) a sus pasiones y deseos, puesto que su ausencia podía llegar a ser destructiva para el propio individuo.
Durkheim también refiere cómo las desigualdades producto de las dinámicas sociales y económicas del capitalismo influyen en la anomia social. Los individuos, al sentir que las normas y convenciones bajo las cuales viven carecen de sentido de justicia y equidad, dejan de respetarlas porque consideran que han perdido sentido para ellos.
De hecho, Robert K. Merton, considera que la anomia puede considerarse una consecuencia de la disociación entre las aspiraciones culturales de una sociedad y los medios o caminos con que los individuos cuentan para alcanzarlas, lo cual supone que para lograr dichas metas los individuos deban, en ocasiones, violentar ciertas normas sociales, lo que deriva en una ruptura de la que se originan las conductas antisociales.
Anomia en psicología
La anomia es una perturbación psicológica que dificulta que una persona se comporte de acuerdo con el conjunto de normas y convenciones de tipo jurídico, cultural o moral que rigen la vida en sociedad.
El comportamiento humano está regulado constantemente por este conjunto de reglas explícitas o implícitas, que constituyen un modelo de control social, al cual al individuo le cuesta adaptarse, debido a su propia naturaleza humana.
En la anomia psicológica, el individuo valora sus intereses y motivaciones individuales por encima de los intereses sociales porque ha dejado de respetarlos puesto que para él todas esas normas y convenciones han perdido su sentido.
Anomia asiliente
La anomia asiliente es una conducta que se caracteriza por la visión negativa y errónea que desarrolla un individuo de sí mismo. En la anomia asiliente, la persona tiene una idea distorsionada de sí misma y de sus capacidades, de manera que no se siente en condiciones de salir exitosa de una situación difícil o adversa, más bien reacciona demostrando sus limitaciones o incapacidades. Puede ser padecida por un individuo o por todo un grupo social.
La anomia asiliente es consecuencia de situaciones de marginación y exclusión, bien sea social, racial o étnica. Los grupos que padecen este tipo de discriminaciones sienten que no pueden lograr lo que se proponen o lo que quieren, ni satisfacer sus necesidades o motivaciones personales, aunque en realidad sí puedan. Por ello, afecta gravemente el crecimiento personal y económico de los individuos. Lo opuesto a la anomia asiliente es la resiliencia social, que es la capacidad para adaptarse o sobreponerse a las adversidades.
Anomia en medicina
Se conoce como anomia un trastorno del lenguaje en el cual el individuo presenta dificultades para llamar las cosas por su nombre. Puede presentarse de forma parcial o total.
La anomia es una de las características principales de los síndromes afásicos. Con la edad, se considera normal que la mayoría de las personas sufra un grado moderado de anomia.

sábado, 9 de julio de 2016

Pensamientos

“Dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida, quién cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y todo aquél que vive y cree en mí no morirá para siempre”
Juan 11: 25 y 26
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas; que si no fuese así, os lo hubiera yo dicho. Yo voy a prepara lugar para vosotros y cuando habré ido, y os habré preparado lugar, vendré otra vez, y os llevaré conmigo, para que donde yo estoy, estéis también vosotros”
Juan 14: 2 y 3
“Y siendo hijos seremos también herederos: herederos de Dios, y coherederos con Jesu-Cristo con tal, no obstante, que padezcamos con Él a fin de que seamos con Él glorificados.
A la verdad yo estoy firmemente persuadido de que los sufrimientos o penas de la vida presente no son de comparar con aquella gloria venidera, que se ha de manifestar en nosotros”
Romanos 8:17 y 18
“Según está escrito; por Ti, ¡Oh Señor!, somos entregados cada día en manos de la muerte: somos tratados como ovejas destinadas al matadero.
Pero en medio de todas estas cosas triunfamos por virtud de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados… ni otra ninguna criatura podrá jamás separarnos del amor de Dios, que se funda en Jesucristo nuestro Señor”
Romanos 8:38 y 39
“Como quiera que ninguno de nosotros vive para sí, ninguno de nosotros muere para sí.
Que como somos de Dios, si vivimos para el Señor vivimos, y si morimos para el Señor morimos. Ora, pues, vivamos, ora muramos, del Señor somos.
Porque a este fin murió Cristo y resucitó: para redimirnos y adquirir un soberano dominio sobre vivos y muertos”
Romanos 14:7 al 9

https://www.youtube.com/watch?v=x2pHkxELsQs

Pensamientos para un difunto

Difuntos

“Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan.
Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican.
Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado está mejor capacitado para gozar de las alegrías
y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.”
Mamerto Menapace
“La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.”
François Mauriac
“El duelo no es un camino fácil pero… sino lo fuera… dejaría de tener sentido toda nuestra existencia.”
Verónika
“Solo sanamos de un dolor cuando lo padecemos plenamente.”
Marcel Proust
“No perdiste a nadie: el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón”
Facundo Cabral
“Al que se va, sólo queda la espera de volver a encontrarlo un día por la siega”
M.J. Márquez
“No hay muerte, hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa”
Facundo Cabral
“La muerte solo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor y el sentido de la vida”
André Malraux
“Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente seria una burla cruel”
Mahatma Gandhi
“Recordar es el mejor modo de olvidar.”
Sigmund Freud
:Únicamente aquellos que evitan el amor, pueden evitar el dolor del duelo. Lo importante es crecer, a través del duelo, y seguir permaneciendo vulnerables al amor.:
John Brantner
“Amar al otro es renunciar a poseerlo, incluso muerto; renunciar a que vuelva, descubrir que sigue estando ahí, en un silencio que ya no nos causa pavor, en un desierto que se hace acogedor de lo más valioso que tenemos, lo esencial de lo que permanece cuando ya no se puede nada.”
Jean-Yves Leloup
“Amar a alguien, es decirle: no morirás.”
Gabriel Marcel
“Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.”
Helen Keller
“El Dios en quien yo creo no nos manda el problema, sino la fuerza para sobrellevarlo.”
Harold S. Kushner
“El amigo que está en silencio con nosotros, en un momento de angustia o incertidumbre, que puede compartir nuestro pesar y desconsuelo… y enfrentar con nosotros la realidad de nuestra impotencia, ése es el amigo que realmente nos quiere.”
Henri Nouwen
“Nadie puede explicarnos el dolor, su ilimitado alcance ni sus profundidades enigmáticas. Nadie nos puede descubrir el vacío que deja en el mismo centro de nuestro ser, un vacío que nada lo llena.”
Ruth Coughlin
“Eres más consciente que antes de lo que es importante y lo que es trivial. Tu ser querido vivió, pero tú todavía estas vivo. ¡Vale la pena esperar al futuro!”
H. David Thoreau
“Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas.”
Reinhold Niebuhr
“El pesar oculto, como un horno cerrado, quema el corazón hasta reducirlo en cenizas.”
W. Shakespeare.
“La muerte se lleva todo lo que no fue, pero nosotros nos quedamos con lo que tuvimos.”
Mario Rojzman
“Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas.”
Reinhold Niebuhr
“El que acepta sufrir, sufrirá la mitad de la vida; el que no acepta sufrir, sufrirá durante su vida entera.”
Confucio